Según mi humilde criterio, he
de decir que el espectáculo taurino, me resulta no menos que como cualquier
otra clase de pan y circo, algo con lo que la gente da su griterío y desahogo. A algunos les gusta el fútbol, a otros las carreras de coches, motos, a otro
el tenis o que se yo; pues sobre gustos como quien dice, no hay nada escrito. Mas la pregunta nace
cuando valoramos, o aportamos en si un punto de vista ético a la cuestión en sí:
-Los toros siempre son juzgados
tal como una tortura, tal como algo despreciable, también se relacionan en
ocasiones con la derecha, se dice de dicha fiesta que es una barbarie sin
sentido… aun según mi opinión, veo
en la fiesta algo que aclama mi atención en cierto modo. Lo que juzgaré a
continuación, lo haré dado que, se de lo que hablo: -Dícese mucho sobre tema
tal, de carácter como poco polémico, y muchas de las cosas dichas resaltan mi
atención y en ocasiones hasta dibujando una carcajada. Ante la violencia, de
dicho espectáculo no voy a mostrar mi sentido, dado que es algo evidente, lo
que les mostraré es las principales opiniones, y dejo a su elección decidir que se acerca
más a ustedes. Esto no se trata de justificar nada, simplemente es un contraste
de puntos de vista, pues el mundo taurino trata de justificarse en que, la
fiesta taurina preserva a este animal. Y sinceramente creo que es cierto que la
abundancia de dichos animales viene dada en parte por eso, pero justificarse en
eso es algo que para mi punto de vista resulta no menos que estulto. Aquí
encontramos un espectáculo de lucha entre un animal, un duelo, una batalla,
llámenlo como quieran. Y lo que se ha de juzgar es si les gusta o no. Muchos
creen que es un acto despreciable, a otros les encanta. Pero mi pregunta, ¿de
veras importa el animal en sí?
Muchos defienden que los toros
preservan al animal, los otros defienden que el animal es torturado, si es
cierto, ambas son ciertas; pues por desgracia en este mundo solo se da cuidado
a lo que sirve de instrumento al hombre, por lo que, lo que no tiene un papel
relevante, carece de importancia. Por eso, yo les pongo ante un punto de vista de
mero gusto, les gustan, síganlos, no les gustan no los sigan. El lince ibérico
es una especie amenazada, seguro que si inventásemos algo que hacer con ellos,
desaparecerían de la extinción porque buscaríamos los medios de hacer que su
reproducción se diera en modo efectivo. El mundo carece según creo de la conciencia suficiente,
el hombre es egoísta. Pero tratar de mezclar en dichos temas política,
economía, etc… me resulta como dije antes, gracioso. Por ejemplo Federico
García Lorca era un gran aficionado de dicha actividad, y era seguidor de la
república y homosexual, y se atrevió a decir que “Los toros son la fiesta más
culta del mundo” aunque sinceramente que lo sean o no a mí me es indiferente.
Por
otro lado, una entrada a la Ventas es más barata que una entrada al Bernabéu.
Así pues la razón me dice que, orientar la actividad a un determinado lado
político, o a una determinada clase económica me resulta sin duda alguna un sin
razón.
La gente debiere juzgar lo que
es la fiesta, y dejar de buscar externos, dejarse de politiqueos vanos y necios.
¿Sufrimiento? ¿Acaso creen que la carne, los huevos y todo lo que viene en
relación a lo animal no trae de la mano barbarie? Porque yo les animaría a que
entrasen a fábricas de huevos donde los animales son usados como instrumentos,
también a empresas cárnicas donde los cerdos son matados con pistolas eléctricas…etc.
Así pues el mundo debiere darse cuenta, que no hay que cambiar fiestas, ni hay
que cambiar nada externo, sino quizá debiéremos replantearnos que, quien
realmente es un animal es el hombre. Pues no solo se usan a los animales como
animales, sino también a propios hombres, así como por ejemplo en el Congo con
el coltán, en manufacturas textiles en la India o China. Deberíamos ver más
lejos de las pequeñeces, dejarnos de buscar meras excusas, y luchar por un
mundo más justo.
Los toros, viven cinco o
seis años como reyes, luego mueren, con honor o deshonor, cómo animales o no,
francamente, veo a los toros como un algo más, como un instrumento del ocio
infame de este loco mundo, de este loco hombre.
Madelgado.